Durante una sesión de diseño, un líder envió un mensaje breve pero poderoso. Un simple reconocimiento que, en medio de los cambios, reforzó la confianza y motivó el desarrollo profesional.
A veces, unas pocas palabras pueden marcar la diferencia, especialmente cuando el síndrome del impostor acecha. Compartir estos momentos puede inspirar a otros y recordarnos la importancia del reconocimiento en el crecimiento profesional.
Cuéntanos tu experiencia en los comentarios. ¡Tu historia puede motivar a alguien más!
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